Las feromonas son un tipo de elemento químico microscópico que se propagan por el aire y pueden emitir señales de gran impacto que nos afectan de una manera u otra. Son muy curiosas porque actúan en nuestro cuerpo despertando respuestas territoriales, de alarma o sexuales, y también afectan tanto a los animales, como en las plantas.
Son liberadas desde nuestro organismo a través de diferentes fórmulas, como puede ser mediante el sudor, orina, así como por otras secreciones. Algunas especies tienen mayor predisposición a percibirlas, y se pueden sentir a grandes distancias, aunque dependerá de ciertas variables.
¿Cómo funcionan las feromonas?
Las feromonas son un tipo de molécula sencilla con un peso molecular residuo y se cree que provienen de ácidos grasos o de hidrocarburos. Las producen los sistemas glandulares y el contenido de las mismas es derivado al exterior, por lo general, de forma voluntaria. Como curiosidad, en el caso de las feromonas de los insectos, estas glándulas se encuentran en los segmentos abdominales.
Se puede decir que las feromonas son una manera natural que tenemos para transmitir señales y, como se pueden transmitir en el aire, se pueden ver a grandes distancias. Un buen ejemplo de esto lo podemos ver en las mariposas, algunos de los machos de la especie Saturnia Pyri pueden detectar el olor de la hembra hasta a 20km de distancia.
Los usan los humanos, plantas y animales como una manera de comunicación. Muchos creemos que tan solo sirven para causar atracción o rechazo sexual, pero también tienen otros fines.
En el caso de las hormigas, estas son capaces de segregar una hormona a través de la vía digestiva que les ayudar a organizarse, a seguir la línea para no perderse. Gracias a estas feromonas es posible transmitir cierta información, como las necesidades que la reina pueda llegar a tener, o cuales son las reservas de alimento en el hormiguero.
Productos con feromonas: ¿Realmente funcionan?
Existen algunos productos que se diseñan con feromonas con el objetivo de mejorar el atractivo sexual de aquellas personas que los usen, como los perfumes con feromonas. La teoría es que se trata de aromas afrodisiacos que hacen al portador más deseable. Se supone que sería una estrategia perfecta para seducir al sexo contrario.
Mientras que algunas personas piensan que es cierto, incluso los usan y ligan más, otros aseguran que no sienten efecto alguno.
¿Estamos hablando de algo real, o es simplemente fruto de la sugestión?
Lo cierto es que hay todo tipo de investigaciones que tienen el objetivo de llegar a una conclusión sobre este tema, aunque, por el momento, no hay nada en firme. En animales si que se ha demostrado que las feromonas son determinantes, pero en el caso de los humanos tenemos un problema, el aprendizaje.
Desde que nacemos, estamos sujetos a un aprendizaje social que complica el hecho de diferenciar de forma clara cuáles son aquellos aspectos de la sexualidad que tendrían una naturaleza biológica, y cuáles los que salen de nuestra cultura.
Pero todavía hay otra diferencia muy importante entre nosotros y los animales: ellos tienen el olfato muy desarrollado, y este sentido es la principal fuente a través de la que se perciben las feromonas.
De hecho, los seres humanos confiamos mucho más en el sentido de la vista, por lo que los olores no juegan un papel tan importante en la atracción sexual.
Si necesitas liberar tensiones que te producen las feromonas, siempre puedes llamar a nuestra línea erótica para que te ayudemos a relajarte.
No se puede concluir si los productos de feromonas realmente funcionan, o si se trata de algún tipo de estrategia de marketing. Sin embargo, lo que está claro es que la sugestión funciona: si esta nos ayuda a ligar, no nos habrá ido tan mal.