A medida que van pasando los años, el ambiente idílico de una relación de pareja se empieza a enturbiar. Por mucho que nos esforcemos, los pequeños detalles que antes nos daban igual ahora se convierten en cosas insoportables que somos incapaces de poder pasar por alto. Entre otras cosas, esto afecta al nivel de sexo que hay en la pareja.
Es entonces cuando nos decidimos recurrir a las terapias donde intervienen diferentes consejeros matrimoniales. No obstante, muchas veces ellos no son la opción más correcta porque no tienen formación específica en el ámbito de la sexoterapia.
Tienes que saber que los terapeutas reciben, en su formación, un número de horas específicas para tratar problemas relacionados con el ámbito sexual… y muchas veces se consideran algo insuficientes. Sin embargo, un terapeuta sexual se ha especializado específicamente en esa rama para conocer todos los casos posibles; de esta manera, podrá ayudarnos a solucionar nuestro problema casi con toda seguridad.
¿Cómo funciona una consulta de sexoterapia?
Una consulta de esta índole es un lugar donde nos tenemos que sentir seguros a la hora de compartir todos nuestros problemas sexuales. Por supuesto, existe el secreto profesional entre el terapeuta y el doctor por lo que todo lo que podamos contar dentro de la consulta jamás podrá llegar a salir de ahí.
En este lugar se pueden tratar todos los temas que te puedas llegar a imaginar: desde personas que tienen problemas para conseguir sentir el deseo hasta traumas de personas que han podido experimentar algún tipo de trauma (por ejemplo, violaciones).
El experto en sexoterapia será capaz de identificar cual es el problema y recomendar algunos ejercicios para que se puedan realizar cuando estemos a solas con nuestra pareja (si ese fuera el caso).
Una terapia mucho más efectiva que las tradicionales.