Cuando las cosas empiezan a ir mal en una relación, pero todavía existe la fuerza para querer salvarla, uno de los recursos que se ponen a nuestra disposición son las llamadas terapias de pareja. Básicamente se trata de una herramienta que ayudará a que nos pongamos en la mente de la otra persona y así poder identificar todo lo que estamos haciendo mal para poder corregirlo de cara al futuro.
Muchas personas aseguran que han ido a este tipo de terapias y que no han salido tal y como habían esperado. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que hay que acudir a ellas en el momento en el que empezamos a notar que las cosas están cambiando y están yendo a peor.
Uno de los principales errores que solemos cometer es esperar a que nuestra relación esté ya bastante deteriorada; de medias se suele esperar entre 5 o 6 años cuando ya poco o nada se puede llegar a hacer.
El tiempo: el factor clave para salvar una relación
Es muy complicado saber el punto exacto en el que una pareja debe de ponerse a hacer terapia para conseguir salvar la relación. Los dos miembros tienen que estar plenamente convencidos de someterse a este tipo de práctica y, además, asegurar que van a dar al 100% de sí mismos.
Si empiezas a notar algunos síntomas extraños en tu relación, deberías de ser previsor y ponerte manos de un profesional para que pueda determinar en qué estado de salud se encuentra. Se suele cometer el error de pensar que los problemas se van a solucionar por si solos y que realmente no nos hace falta a alguien a quien contarle nuestros problemas.
Sin embargo, la mayoría las parejas no tienen las herramientas necesarias como para poder solucionar estos problemas por ellos mismos. Una terapia de pareja a veces es la clave para hacerlo.